Un nou relat d’ Alba Pirla, per gaudir el cap de setmana..

La primera vez que oí Housing First pensé  ¿y eso que es?… no solo por no saber inglés, sino porqué era una propuesta que se hacía en otros paises más avanzados (o eso dicen).Que heavy. Como vamos a meter de la calle a un piso a una persona sin tener que subir la escalera de caracol donde cada peldaño mide casi una vida, 100 metros. Como va a ir a una casa alguien sin esfuerzo, sin dejar de beber, sin, sin sin…, no, no,no…  todo prohibido,  … Pero este, decían, era un proyecto pensado para los más perjudicados, los que no quieren nada.Los más  super todo, super adictos, super enfermos. Los de la calle, los del cajero, los de debajo del puente, los de siempre, los que no se adhieren ni a sí mismos.

El Housing implica que el profesional no hace nada. Bueno, hace mucho,claro, pero en realidad, deja que uno  decida solo. Ni un paso en falso los profesionales, calladitos, ¡y mira de que eso no sabemos!

Teníamos que seleccionar a  los casos más peores de todos. Cosa rara, para un piso normalmente siempre buscas a los mejores,para ti, claro. A los más obedientes y sumisos, claro.

Así llegamos a la conclusión que Paco era el hombre ideal. Joan Ramon,el educador de calle le conoce desde hace 8 años. Paco es un hombre único, genuino, rebelde,  muy suyo. A sus 67 años no le pidas nada, porqué no te lo va a dar.

Una noche de invierno, de esas que los educadores hacen calle, le dijo al educador, oye…pero tu….¿no tienes casa o qué, chaval?.Si eso lo interpretas bien es como: ¿“me quieres dejar tranquilo, pesao?Tira, hombre, tira….”.

-Paco, ¿a ti te gustaría tener un piso? -Aprovechando la niebla espesa de Lleida por si acaso y asumiendo que a Paco se le antojaría que era la pregunta más idiota hasta entonces planteada. – Si pones “incredulidad e ironia” en Google Imágenes te sale la cara de Paco. Se descojona.

Pero llega el dia que Joan Ramon va a buscar a Paco y le dice: Paco, ya está el piso, ¿vamos o qué?

Cuando vives en un cajero pierdes la noción de ti mismo, seguro. Yo creo que Paco tiró en su dia la toalla para poder sobrevivir. Maldita indefensión aprendida, pruebas las cosas dos millones de veces y te salen mal, normal, lo mandas todo a la mierda. Paco rompió tanto con todo que se rompió a sí mismo. A pedacitos. Yo creo que fue a base de golpes. Pero de los que te da de la vida. Encima se quedó casi ciego, y acabó perdiendo de vista hasta su propia vida.

A la pregunta sobre ir al piso, Paco le dijo a Joan Ramon entre risas, si, si, claro, con jardín y de paso me pones una novia tambien ¿no? No me jodas, hombre, y dame un cigarrito. Marlboro si puede ser, que hoy esto suena a fiesta.

Entre risas, coje los cartones, su colchón Lo Mónaco, como él dice, (Paco vive en la calle pero sabe mucho, el jodio, esto no es solo compatible, sinó que suele ser normal) , el saco de dormir y su mochila infantil (de Pokemon). Se la cuelga a la espalda y le dice, mira chaval que no tengo yo el dia pa bromitas ¿eh? Pero se sube al bus.

Un bus con destino cercano, que llega al final del trayecto en 10 minutos que se hacen eternos. Paco espeta a Joan Ramon, “vaya viajecito me estás dando pa ná chaval”…

-Hombre Paco, que nos vamos a tu casa, para de gruñir que siempre estamos igual.

-Dame otro cigarrito -dice al bajar-

-Dos ostias te daré…. – Este es el  “vinculo” terapéutico . Joan Ramon es capaz de sacar de cada persona su lado oscuro del  humor y les estampa lindezas como esta, que encima, suelen caer bien.-

Andan  tres metros, paran  y dice Paco:

-Joder, Juan Ramon, esto es coña ¿no? Mira que yo si eso, pues que no sé, que yo estoy bien, que igual otro necesita más el piso.

Paco está acojonao.El ganador  del dia está muerto de miedo.

-Joder, Joan Ramon, es que mira como voy, dice tirando de su vieja camisa de cuadros llena de manchas.

Empieza así el milagro del Housing. Paco hace años que viste igual y parece (o parecía hasta el momento), preocuparle poco.

Joan Ramon le dá tres llaves y le dice “abre”.

Paco sostiene entre las manos las tres llaves. Las mira, las acaricia, las pasea de mano en mano, sostiene un presente y un futuro, pero tambien un pasado, y lo sabe. De pronto, rompe a llorar. Que grande es Paco y que pequeño se ve en ese momento.

Finalmente consigue abrir la puerta de su casa. Pregunta, ¿tengo lavadora?

-Si, hombre si, claro, ¿vemos el piso? Dice el educador

Salen al balcón y Paco se queda mirando la lavadora.

-La pongo, ¿no? La camisa, digo

-No hay jabón, habrá que ir a comprar, ¿no?

-Bueno, “algo hará el agua sólo….”. Si puede haber momentos tiernos frente a una lavadora, uno es este.

Finalmente ve el piso, tropieza con la silla, acaricia el colchón, observa el wc, desliza los dedos por el mármol de la cocina. Está en estado de shock.

-Oye, Juan Ramon, cuando te vayas, ¿puedes tirar a la basura el saco de dormir?….Está lleno de mierda.

-Hombre, Paco, igual se podria lavar, por si un dia lo necesitas. Ahí Joan Ramon no estuvo fino y no pilló la idea. La metáfora de la mierda. De la mierda de vida que lleva impregnado el saco. De las noches de frio, de soledad, de sudor, de alcohol, de lágrimas, y porqué no, de risas en sueños de noches de verano.

-Ok, te he pillado Paco, lo tiro yo ¿o prefieres tirarlo tu?

CONTINUARÁ……………..