Cada año lo mismo. Temporeros al borde del abismo. Llega el frío a Lleida y siguen llegando, o vuelven, o se quedan, o se desplazan a otra campaña y hacen escala en nuestra ciudad. La desinformación unida a la precariedad, a la invisibilidad, a los papeles perdidos, mojados, o que no llegarán nunca, al desempleo, a la movilidad para poder subsistir, al desarraigo, a la fantasía de que existe un trabajo posible  en nuestra provincia… son tantos elementos que me sobrepasan.

Después de un durísimo verano para nuestro equipo de servicios sociales en la atención a un colectivo que no nos corresponde, pero con el que los que son competentes no toman medidas (entendiendo “temporero” como persona que trabaja en el campo solamente durante el periodo de recogida de determinados frutos o plantas) llego a la conclusión de que dimito en mi (nuestra) cruzada si no conseguimos un cambio de paradigma o modelo.

En una semana llegan a nuestro grupo de watssap de Agorats dos noticias que, unidas a las del verano en Lleida, hacen explotar la paciencia del más entero del grupo -si es que queda alguno…- . Dice la Sexta: Asentamiento en Albacete, en absoluta insalubridad. Los temporeros llegaron para la vendimia y siguen esperando cobrar, malviviendo en un granja. Intermediarios, explotadores, no cobrar a tiempo, ser extorsionados para pagar 50€ por dormir en un mugriento colchón, o pagando por ser transportados como ganado caro -que pagan ellos, evidentemente-.

18 de octubre de 2018, Valencia: hablan de “esclavitud moderna, un mes recogiendo naranjas por 300€”. En el artículo de la Directa, ponen en evidencia la delegación de la contratación de cuadrillas de trabajadores en manos de ETT, en las que las personas migradas son el objetivo fácil, trabajan en las peores condiciones, a veces bajo redes y mafias… cobrando por alquilar las  herramientas de trabajo, el transporte, el desplazamiento… en condiciones abusivas, por supuesto.

Huelva: en el informe sobre los asentamientos en la provincia, elaborado por la Asociación pro derechos humanos de Andalucía y otras entidades se hacen eco de la realidad de miles de trabajadores del campo en infraviviendas, … como en Lleida, recogen nuevas realidades como las migraciones procedentes de Italia: “La falta de información provoca que estas personas inviertan todos sus esfuerzos (económicos y personales) en una nueva migración que no sólo no les otorgará los beneficios esperados, sino que podría llevarlos a sufrir desde explotación laboral hasta la imposibilidad de regresar a Italia por no contar con los recursos económicos necesarios. Existen nuevos perfiles migratorios que se unen al tradicional temporero inmigrante: por ejemplo menores no acompañados o jóvenes ex-tutelados, que constituyen  perfiles aún, si cabe, más vulnerables. La situación de desamparo en la que se encuentran los/las menores tutelados/as por la Administración Pública que al cumplir los 18 años se ven obligados/as a salir fuera de este sistema de protección provoca que, en muchos casos,se encuentren solos/as y sin una red de recursos sociales, familiares y/o económicos que les facilite su inserción,como “adultos”, en la sociedad.

En Lleida se repite la situación de cada año, similar a las situaciones que en resumen vemos en otras provincias. Y como cada año, el impacto local de una realidad global nos colapsa y desespera, nos desborda, nos enfada. Aumentan las personas en situaciones de irregularidad administrativa, jóvenes que proceden de Italia, o del país de origen directamente llegados en patera a España que, dicen, en Lleida encontrarán trabajo (sin papeles, si, dicen). También jóvenes ex-tulelados, son algunos de los MENAS del futuro, son algunos de los temporeros irregulares del presente, con los múltiples riesgos que este hecho lleva asociados: irregularidad,choque cultural, aislamiento, falta de oportunidades, hacinamiento, precariedad, pobreza, en fin… distintos estudios corroboran estas situaciones, como la Tesis Doctoral del colega Agustin González “Los  temporeros de origen extranjero en las comarcas de Ponent: mercado de trabajo y migración” o la del compañero de Ágora Ramon Julià Africans a la cruïlla: Anàlisi comparativa i evolució de la inserció sociolaboral de les persones immigrades a les terres de Ponent 2005-2011

A todo esto, me pregunto porqué no existe un plan nacional integral e interinstitucional al respecto, con recursos (#money!) y planificación, integrado en cada comunidad autónoma y con coordinación entre las mismas y con todos los agentes implicados y corresponsables. Si se repite lo mismo en cada pueblo y ciudad de España y en ninguno se halla solución…. me pregunto si se trata de racismo institucional, desinterés (esto seguro), calado del discurso neo liberal, … derechos humanos, en definitiva, sin garantizar año tras año. La mano de obra de la riqueza productiva de tantos territorios, al filo de lo imposible. La ética de la producción y la riqueza, contra las cuerdas.

Hoy hace un día gris, el primero de niebla del invierno. Siguen llegando a nuestra ciudad trabajadores en busca de oportunidades laborales en la campaña de la fruta (bendita inocencia, ahora ya no queda fruta en el árbol). Algunos temporeros se han quedado en la provincia habitando infraviviendas que, con el frío, pueden ser letales, así que vienen a Lleida para poder realojarse unos días. Ahí se une la falta de recursos de acogida para personas que se encuentran sin techo en la provincia, en fin… Un año más estamos programando el proyecto de frío que ya se une con el de temporeros. La falta de recursos y de estrategias territoriales integrales agravan la situación.

Auguro un invierno duro, sobretodo para las personas que lo van a sufrir a flor de piel. Niebla y más niebla, que impide ver los rostros de las personas que malviven al lado de casa, en verano, y también en invierno.

Espero, en 2019, poder escribir un post distinto.

Amén