Alba Pirla ens fa en 1a persona la seva crònica personal del Dia mundial del treball social
El martes 21 de marzo de 2017 fue un dia especial. Una fiesta, un festival de ideas, de reflexiones, de autocrítica, de humor, de risas. Eso que tan bien nos viene a los trabajador@s sociales en tiempos de nubes y borrascas. El Trabajo social en tiempos de cólera que debe resurgir como profesión.
La verdad es que la coalición organitzativa entre la UdL -Grado de Trabajo social, el colegio profesional de Trabajo social y nuestra “banda” àgora, un grupo de motivad@s por el Trabajo social ha sido genial. Invitar a grandes del Trabajo social como Luís Barriga, Belén Navarro, Alejandro Rodríguez Robledillo y Silvia Navarro Pedreño ha sido tan especial como habíamos imaginado.Cuando pensábamos a quien invitar sin duda no nos planteamos que estos se encontraban dispersos por todo el territorio español y que venir a Lleida suponía para cada uno de ellos un esfuerzo kilométrico para llegar hasta casa.
Los 4 nos lo pusieron fàcil, son grandes però fáciles de convercer -jejeje….- la propuesta del “invento”, de la aventura hacia algo poco visto, yo creo que les gustó. Y et voilá. Todos en casa. Son gentes de retos, de ideas claras, de grandes pensamientos y mayor corazón. Si algo tienen en común es que sienten el Trabajo social y eso se nota en cada palabra y en cada gesto.
Con nuestra conversación queríamos construir juntos un relato, que nos aportara frescura, autocrítica y porqué no, esperanza. Cada uno desde su forma de ententer, vivir y sentir el Trabajo social.
Se unieron al reto los compañeros de la Escuela de Arte municipal Leandre Cristòfol. Una propuesta, -tambien son fáciles 😉 -, y siempre dispuestos a colaborar con lo que sienten que es real, como lo social. Así que Thor Sanabria, Patricia Soria y Joan Giralt, alumnos de Ilustración, se enfrascaron en las conversaciones durante dos horas dibujando un especial y sensible “visual thinking”. Y es que ,como dice Alejandro, el arte, unido al Trabajo social, lo convierte en imparable.
Así, en un escenario de Auditorio ya que la sala reservada se había quedado pequeña para los 216 inscritos -Ahí, Alejandro perdió una apuesta ;)- y en formato “butaca” -se pidió un chester pero superaba el presupuesto- empezamos a navegar por el Trabajo social, el contexto, de donde venimos, donde estamos, cual es el devenir y porqué y para qué escribir (o contar) el Trabajo social.
Mi conclusión se podria reducir en el breve:
“Saber hacer, hacer saber y saber sentir” para poder progressar, pero ya puestos, intentaré resumir aquelles ideas que, a mi gusto, fueron las más interesantes.
¿COMO ESTÁ EL PATIO? ¿Cómo miramos/vemos los/las trabajadores sociales a la sociedad, la crisis, la pobreza, el contexto? …
En este primer punto, se rodeó y destripó la realidad social. La pobreza, la espiral de la exclusión social o como los Servicios sociales han fagocitado el Trabajo social; el relato robado o la confusión: como usamos mapas que no nos sirven o, lo que puede ser peor, navegamos sin mapas.
Luís planteaba….¿Qué ofrece el trabajo social a todo lo que está ocurriendo? Hace falta explicar lo que sucede desde la profesión y dar respuestas. Hace falta sistematizar el conocimiento y darle forma, en forma de respuestas. Estamos anclados en los servicios sociales y encima, cuando diseñas unos servicios sociales para pobres, después acabas teniendo unos servicios sociales empobrecidos.
Miramos poco y vemos, demasiado a menudo, solo lo negativo. Belén refiere que somos una profesión ansiògena y Luis que hay muchas, demasiadas personas, que se encuentran en una espiral de exclusión social de la que dificilmente saldrán adelante
Sobre el debate de sacar o no las prestaciones del sistema -Belén y otros colegas como Nacho Santás mantuvieron hace poco un gran debate en twitter- se habla del #Síndromegollum.
Silvia Navarro, (la mujer que habla bonito), de profesión Ideacultora, manifiesta que no es una época de cambios, sino un cambio de época. Miramos, pero no vemos, sólo vemos lo negativo, no entramos en diálogo con las miradas del otro.Debemos ir a la raíz de nuestra profesión y recuperar la dimensión política y el elemento crítico y situar todo ello en el centro de todo al otro. Recuperar la esencia. Recuperar el sentido artesano de nuestra práctica profesional.
Hacemos mucho, pensamos menos y sentimos poco. Solucionamos la vida a la gente sin contar con la gente. Es el Síndrome del aprendiz de brujo. El cambio va a venir cuando seamos capaces de cambiar valores, las miradas, plantearnos retos…
Alejandro Rodríguez habló de realidad virtual aplicada al trabajo social y sobre la necesidad de crear nuestras propias herramientas fuera de lo público.En la relación público-privada, lo privado está emergiendo. Hace falta exigir formación a la gente que está trabajando desde lo privado porque sino el discurso es completamente distinto. (Saca muelas). Tenemos que pedir profesionalidad.
DE DONDE VENIMOS, DONDE ESTAMOS, HACIA DONDE VAMOS
La reflexión crítica sobre la profesión del Trabajo Social desde el alegórico de La Odisea de (supuestamente) Homero de Luís Barriga, que puedes ver en el blog de Belén “Trabajo social y tal” perfectamente recomendable para todos los que tenemos ganas de ser autocríticos y propositivos (El sexto sentido en Trabajo social) es aquí un elemento importante.
Debemos ir a la raíz de nuestra profesión y recuperar la dimensión política y el elemento crítico y situar todo ello en el centro de todo al otro. Recuperar la esencia. Recuperar el sentido artesano de nuestra práctica profesional.
Debemos ser creativos, buscar complicidades con el entorno, contar lo que hacemos.El cambio va a venir cuando seamos capaces de cambiar valores, las miradas, plantearnos retos…
En la relación público-privada, lo privado está emergiendo. Hace falta exigir formación a la gente que está trabajando desde lo privado porque sino el discurso es completamente distinto. (Saca muelas). Tenemos que pedir profesionalidad.
Algunas ideas: necesitamos tener capacidad de proyectar un futuro deseado, sabiendo dónde queremos ir, y teniendo en cuenta dónde estamos y el bagaje acumulado, ser capaces de construir con creatividad y estrategia la forma de ir avanzando hacia ese horizonte-meta.
– De la actitud y el posicionamiento que es preciso adoptar, para comprometerse con la búsqueda constante de sentido a la acción y de nuevas inquietudes y horizontes profesionales. Silvia ya en 2003 hablaba del “ejercicio profesional nómada.”: hay que saber perderse para trazar un mapa, salir de los caminos trillados, vagar, deambular por las encrucijadas, abrir senderos a través de las mieses o el desierto, penetrar en callejuelas sin salida; asumir que todo camino recorrido sin mapa es caótico (…). Y hay que subvertir la ley: apearse de todo lo dicho o lo sabido…
–Sistematizar y pensar la práctica ayuda a desaprender lo aprendido y crear espacios para generar conocimiento, pues contribuye a una relectura de la cotidianidad profesional a la luz de aportes teóricos que permiten generar modos alternativos de acción, procesos de reinvención de la práctica. Así, es posible rescatar los futuros y posibilidades que existen en el presente, al mismo tiempo que los trabajadores sociales nos rescatamos a nosotros mismos como sujetos pensantes, críticos, activos y creativos.
-Emerge el discurso apocalíptico del fin de las prácticas comprometidas transformadoras. Contestar y replicar tales discursos, reclama hoy por hoy construir un nuevo relato. Hay que revisar el relato que hemos estado comunicando a la sociedad y que nos hemos estado transmitiendo entre nosotros y nosotras, además de poseer la ambición de plantear los relatos del futuro. Es decir, el devenir del Trabajo Social en España.
Es importante además, apartar ese Trabajo social “críticón”, que no crítico 😉
Tambien los y las profesionales tenemos el reto de no refugiarnos en el “papeleo” que resulta ser una especie de ansiolítico que tapa las carencias y miedos hacia lo real, el vinculo, la relación, la intervención professional en si misma. A menudo, los mismos profesionales somos los resistentes a los cambios.
Es necesario un nuevo paradigma, formas de pensar, de sentir y de plantear retos, asi como faltan espacios de libertad creativa, arriesgada, que nos permitan construir ese nuevo relato y llevarlo a la pràctica. Eso no quiere decir que lo de ahora o lo de antes no nos sirva, quiere decir: hay que repensarlo,
¿HAY QUE ESCRIBIR EL TRABAJO SOCIAL? Y por qué no:¿ hay que contar el trabajo social? ¿para qué? Y….¿LEER EL TRABAJO SOCIAL?
Por supuesto que es necesario, e imprescindible.
Escribir, “hacia dentro” pero tambien “hacia fuera”, crear opinión, describir y pensar sobre la pràctica, compartir y generar conocimiento, investigar para crecer como disciplina.
Es necesario pensar sobre la práctica. Escribir implica posicionarse, defender lo escrito, un trabajo con uno mismo.
Hay que contar el trabajo social para incrementar la capacidad de alcance, para que todo el público conozca la profesión. A través de la literatura la capacidad de transmisión es muy alta.
Asi mismo, hablamos de arte, y de literatura…..
Y………….con altísima probabilidad, nos olvidamos de cosas……..
Todo junto, una bomba de ideas, de sueños, de retos, de realidades, de juegos de palabras, de cruces de miradas. Un festival de buen rollo.
A todos nuestros amigos, compañeros, colegas de conversaciones, un aplauso muy grande y un besazo desde Lleida, donde tienen su 2a casa (Luís, Belén, Alejandro y Silvia, que cracks!)
Y por la tarde, en un bar, si, en un bar. Con cafè o cerveza. Distribuidos en el espacio de una Antigua imprenta, todos ellos al alcance de los trabajadores/as sociales y alumn@s. Buen rollo, debate en petit comitè y rumbas y garrotines para acabar con los amigos Kon Sabor. Un lujo de Reparto. Con más de 200 invitados sonrientes e implicados.
Una auténtica delícia de día que sin duda recordaremos por su originalidad, su innovación y su buen rollo.
Felicidades a tod@as por este gran dia y gracias por estar ahí.
Enhorabuena por el dia de trabajo, reflexión y fiesta.Singular.
Comparto lo escrito, aunque creo que el dialogo en las “grandes ceremonias” es lo que más enriquece, cuando el ponente hable diez minutos, y el “oyente” hable noventa, habremos conseguido una verdadera reflexión compartida, el trabajo social, esta muy maduro en conocimientos y experiencias, y debe atreverse a expresarlo, no se si a escribirlo, por que hay muy pocos foros de debate y expresión escrita.
Todavia existe un gran sentido de no autovalorarse, en lo que pensamos y percibimos y sentimos los trabajadores sociales.
Ese camino debe aflorar.
Soy trabajadora social del tercer sector y me encantan las conclusiones que habéis sacado.