Hace un año tuve el placer de invitar a clase, en la Grado de Trabajo social de la UdL (universidad de Lleida) a mis compañeras del Ayuntamiento de Lleida que “hacen” dependència. Podeis releer aquí el post. Mis compañeras supieron trasladar a mis alumn@s su saber hacer, sentir y ser. Ellas, como todos los compañeros que “hacen” dependencia, también se quejan, claro. Porqué la ley generó un exceso de expectativas, no se hizo una buena previsión, las profesionales redujeron la intervención con las personas dependientes y sus familiares a una pelea con recursos, cartera de servicios, grados y niveles, PIAs, revisiones, cadencias excesivas, excusas, …., dejando para después ese acompañamiento y la escucha que merece toda persona que acude a servicios sociales. Hasta que se dieron cuenta que ESE no era el camino y revolucionaron la dependència con un nuevo (o viejo) Trabajo social

Hoy,  Cristina Morón y Estela Peralta me han acompañado. Me preguntaron si podía ser conveniente invitar a cuidadores/as no profesionales a clase. De entrada pensé, pues me parece genial. Hoy he pensado, jolin, pues ha sido estupendo, porqué si algo no había visto después de 10 años de profe en el Grado es ver a mis alumn@s…llorar. Y no llorar de pena, o de angustia, sinó de amor.

Encarna, Josep, Araceli, Lluïsa y Júlia son una parte de los/las cuidadoras no profesionales que participan en el proyecto de dependencia. El año pasado mis compañeras, siempre geniales, demostraron su capacidad de ejercer un Trabajo social del de verdad. Hoy, nuestras cuidadoras (y cuidador) les han trasmitido a mis alumnos lo que es el amor. (vale, si, estoy floja :)-

Voy a reflejar solo literales de mis Nuevos ídolos.

-“Estoy enamorado de mi mujer. Soy su cuidador. Y su mànager, porqué mi mujer lleva pilas”. nos hemos reído con Josep porqué si algo reflejaba su mirada era amor. Y buen humor. Porqué el teatro, dice, le ha cambiado la vida. Tambien los talleres, las risas, la compañía, le han ayudado a sobrellevar su soledad y a sacar de sí mismo potenciales que no sabía que tenia.

El teatro es parte del proyecto de cuidadores. Y si en algo coinciden además de tener personas dependientes a su cargo, es que les ha sacado lo mejor de si mismos. Con su grupo han dejado de ser invisibles, ya no podían más, “ya no existíamos”, dicen  ser personas que sienten, que viven, que cuidan… pero se ayudan entre ellas y se protegen. Y este es un valor incalculable que han logrado, a su lado, mis compañeras.

-“Yo volaba en aquella hora y media”

-“A mi me salvó el proyecto de dependència”

-“Vivía solo para cuidar a mi madre. No salía nunca porqué ella no quería estar sola. Y yo no podía salir y disfrutar porqué me sentia culpable. Y ahora, con el tiempo, creo que las personas no debemos dejarnos atar por la obligación de la culpa, si, pude hacer las paces con ella antes de morir. La culpa de lo que a mi me pasaba no era suya, era mía”.

-“¿Yo? ¿teatro? ni pensarlo…. jajajjaa…però aquí estoy desde hace dos años”

Si algo ha generado el grupo ha sido vinculo, risas, lágrimas, la amistad, la autoayuda, el soporte de las profesionales a las que no ven como alguien tras la mesa de un despacho. Ser cuidadora de madres,padres, parejas o hijos es un proceso duro y doloroso. Lo he sentido en primera persona. Cuando he escuchado…

-“Mi marido, con 60 años, tuvo una embolia. Pasó de ser una persona independiente a depender de mi. Para todo. Tuve que acceder a poner dos camas porqué ya no podíamos dormir juntos. Fue muy duro, pero cada noche él me daba la mano. Fue muy duro llevarlo a una residencia lejos de mi casa. Por las noches gritaba mi nombre, me decían. Al final, pudo tener una plaza en Lleida. Ese día lo recordaré siempre. Ese día murió, a mi lado. Le dije vete, ya puedes descansar, estaré contigo siempre. Y se fue, feliz. Cuando dos se quieren, el amor jamás se pierde”.

Y estos ídolos, que han sido los mejores maestros que no habían pisado antes una clase de la universidad, les han ofrecido consejos que deberíamos recordar tambien  los y las trabajadores sociales más experimentados:

-“Puede no haber recursos, ni dinero…. però lo mejor que podeis ofrecer en esta profesión es escuchar. Dar cariño, estar a nuestro lado. tener humanidad porqué lo primero es el ser humano que teneis delante.”

Y  yo, que me escondía tras una columna, observando a mis alumnas, pensaba que la mejor clase de mi vida, sin, duda, ha sido esta porqué estoy segura de que jamás van a olvidar a Encarna, Josep, Araceli, Lluïsa y Júlia que, agradecidos, nos han hablado de amor.

Y nos hemos reído con ellas,y emocionado, y entendido que cuidar es el acto invisible más humano que puede existir. Y ahí estamos nosotras, las profesionales, aplaudiendo a los y las valientes y ayudando en la complejidad de un acto tant valioso hasta el final.

Dice Cristina que hoy en classe había màgia. Las cuidadoras han trasmitido saber y generosidad,. Las alumn@s emoción, respeto y agradecimiento. Ha sido una acción que, sin querer, ha generado nuevas sinergias.

¿Quien sabe de que somos capaces si nos juntamos?…… 🙂