El pasado curso en el marco de una de la asignaturas que imparto en el Grado de Trabajo social de la Facultad de educación, psicología y trabajo social de la Universidad de Lleida , concretamente en la asignatura “Modelos de intervención en el trabajo social” hicimos una incursión en el libro titulado “21 creencias que nos amargan la vida” escrito por Daniel Gabarró. Este libro lo podéis encontrar on-line en su página web y considero que es muy recomendable si se lee con cariño y espíritu constructivo, entre otras cosas porque se aleja de los manuales de autoayuda que tanto daño han hecho en los últimos tiempos.

Daniel Gabarró en su página web expone que su oficio es inspirar, acompañar y transformar conscientemente a personas, empresas y organizaciones. “Me dedico a iluminar la realidad, crear mapas para indicar los caminos para llegar lo más lejos posible como sociedad, como empresas y como personas individuales. Algunas personas me definen como Sherpa, ya que les muestro el camino y los acompaño durante el trayecto”.

Su libro es un buen ejemplo de esta visión y misión personal que busca el autor y se concreta en un conjunto de reflexiones y de pensamientos. Pensamientos que de entrada aparentan ser evidentes e incluso lógicos  cuando el autor nos los describe, pero enseguida  nos damos cuenta de su gran profundidad, y a su tiempo,  nos provocan cierta confusión y desasosiego ante la certeza de que no son tan evidentes ni tan lógicos en nuestro pensamiento y razonamiento cotidiano.

El libro empieza con un planteamiento claro sobre su pretensión y nos emplaza a la reflexión y la pregunta que se hace es ¿por qué sufrimos? Y el autor nos dice que sufrimos porque cada uno/a de nosotros/as  interpretamos los mensajes que nos llegan en función de nuestras creencias. Destapar esas   creencias limitantes y cambiarlas por información de sabiduría que nos ayude a vivir en paz con nosotros/as mismos/as es un maravilloso reto.

Para el autor es imprescindible para vivir en plenitud  cumplir tres pasos. El primero tener información de sabiduría teniendo en cuenta que esta siempre está disponible para el que la quiere encontrar. En segundo lugar manejar nuestra energia para que siempre tengamos suficiente ya que sin energía no podemos manejar los conocimientos que hemos adquirido. Como dice el autor, no aceptes en tu mente ningún pensamiento de sufrimiento. En tercer lugar entrenamiento: practicar hasta integrar la información de sabiduría.

A partir de estas premisas básicas el autor nos desgrana una a una las 21 creencias que según él son falsas, debido a que se basan en pensamientos que se nos han ido inculcando desde la infancia a través del proceso de socialización y que siempre hemos creído que eran ciertas y que nos provocan malestar y nos amargan la vida.

Daniel Gabarró tuvo la deferencia de venir a clase y así expuso de forma directa al alumnado su forma de entender esta cuestión y su propuesta de reflexión y de verificación de la falsedad de las creencias que él va desgranando a lo largo del libro.  Me gusta su posicionamiento porque siempre nos recuerda que “no creas acríticamente las informaciones que te damos, verifícalas”

Las 21 creencias que nos amargan la vida, según Daniel Gabarró, son las siguientes:

1-No seas egoísta: piensa en los demás.

2-Si piensas que tienes razón: no des tu brazo a torcer.

3-Serás libre cuando hagas lo que quieras.

4-Si no te gusta lo que sientes, cámbialo.

5-Tu me haces feliz.

6-Lo que has comprado es tuyo.

7-Tu tienes una familia.

8-Tu puedes cambiar las cosas.

9-Ves el mundo tal como es.

10-Tu pensamiento crea la realidad.

11-Lucha por cambiar la realidad.

12-Los problemas son malos: huye de ellos.

13- Si luchas trabajarás en lo que desees.

14-Ser Bueno es una virtud.

15- La sinceridad es un valor.

16-Es normal mostrar el enfado donde hay confianza.

17-El amor es un sentimiento.

18- Si amas, sufrirás.

19-Lucha contra el mal, defiende el bien.

20-Sublévate contra la injusticia.

21-Debemos castigar a los culpables.

Sin ánimo de entrar a valorar mi posicionamiento sobre la falsedad de las creencias, si que creí interesante aprovechar la oportunidad para preguntar al alumnado de la asignatura sobre su posicionamiento. Pensé que tener la oportunidad de preguntar a personas de esta nueva generación llamados “millenials” era muy interesante. Por un lado por representar una generación que ha nacido inmersa en una realidad que en su día eran  realidades futuras que pronosticaron autores como Castells (Sociedad red), Wolton (Cibersociedad), Touraine (Sociedad programada), Sartori (Sociedad teledirigida-Homo videns), Bauman (Sociedad líquida), Beck (Sociedad del riesgo), Ferrés (Sociedad del espectáculo) entre otras muchas propuestas.  Por otra parte me interesaba el hecho de saber que opinaban atendiendo a su condición de alumnado de Trabajo social y por lo tanto con todos los atributos que se imponen y presuponen a estas personas desde el momento que entran en el Grado universitario de Trabajo social.

Mi propuesta se concretó en pedirles que después de leer con atención el libro y comprender la lógica del autor escogieran tres creencias falsas según el autor y que ellos una vez realizada la  lectura y reflexión consideraran que el autor tenía razón y por lo tanto compartían su razonamiento. Por otra parte les pedí lo contrario, es decir que escogieran otras  tres creencias que aunque el autor afirmara que son falsas , ellos/as consideraran que no estaban de acuerdo con el autor. De alguna manera les exigía que fueron críticos con la información y así lo hicieron.

A partir de esta información mi objetivo no era realizar un estudio profundo sobre esta cuestión aunque seguramente daría para mucho más de lo que voy a exponer en estas lineas. De hecho tampoco tengo claro en estos momentos si es una información relevante pero si que creo que viendo los resultados de las respuestas cada cual puede sacar sus propias reflexiones.

En este cuadro se puede ver el resumen de las respuestas por orden atendiendo a las más repetidas tanto en el apartado correspondiente a estar de acuerdo como en desacuerdo. Participaron un total de 64 alumnos/as de tercer curso y por lo tanto con una edad mínima de 20 años. Se obtuvieron 198 respuestas en el apartado de acuerdo y un total de 149 en desacuerdo. El alumnado demostró tener más dificultades para estar en desacuerdo que lo contrario.

 

En este cuadro se recogen las creencias que obtuvieron un mínimo de 10 elecciones siendo finalmente 12 creencias las que quedan aquí reflejadas.

Creencia Posicionamiento Nº de respuestas
1-No seas egoísta De acuerdo 42
2- Tu me haces feliz De acuerdo 26
3- Lo que compres es tuyo En desacuerdo 23
4-Sublévate ante la injustícia En desacuerdo 21
5-La sinceridad es un valor De acuerdo 19
6-No des el brazo a torcer De acuerdo 18
7-Vemos la realidad tal como es De acuerdo 16
8-Lo que compras es tuyo De acuerdo 14
9-Hay que castigar a los culpables En desacuerdo 14
10-El amor es un sentimiento De acuerdo 13
11-No des el brazo a torcer En desacuerdo 10
12-Hay que castigar a los culpables De acuerdo 10

Como ya he dicho con anterioridad no voy a realizar un análisis profundo del significado de las respuestas, pero si que creo que es necesario abrir nuevas preguntas o interrogantes aunque sean muy básicos sobre el sentido que cobran estas respuestas en el momento actual en el que vivimos, caracterizado en gran parte por el individualismo irresponsable y por el aislamiento muchas veces no deseado de las personas del que habla Lypovetski y en el que se ve también inmerso nuestro alumnado.

Los comentarios que iré proponiendo a partir de ahora van más allá de los números aquí recogidos, incluyen algunas reflexiones e  ideas que surgieron en los debates realizados en el aula con el alumnado una vez conocidos los resultados y expuestos y reflexionados conjuntamente en clase.

Llama la atención que la primera creencia más elegida en el apartado de acuerdo sea la de no seas egoísta, es decir como dice el autor “Eres la persona más importante de tu vida”. La segunda respuesta más escogida en el apartado de acuerdo es “Tu me haces feliz”, por lo tanto como dice el autor “Sólo yo puedo hacerme feliz”.

Es interesante ver como las dos primeras ponen acento en el componente personal y en el yo como protagonista esencial de la vida. Un yo capaz de quererse y de escuchar sus necesidades para poder atender después a las de los demás. Estaríamos de acuerdo en que para ejercer el Trabajo social son dos aspectos necesarios para poder acompañar a otras personas. El peligro podría darse si esta actitud nos lleva a un individualismo responsable o como decía antes a un individualismo, basado en el egoísmo, hedonismo, narcisismo, entre otros ismos.

La tercera creencia que más veces fue escogida es “lo que compras es tuyo” pero en esta ocasión se la considera una creencia con la que se está en desacuerdo, es decir que no comparten lo que el autor plantea como “No poseemos cosas, sólo las administramos”. Es interesante comprobar como el afán consumista y del sentido de la propiedad ha cuajado de forma tan importante en nuestra Sociedad y por lo tanto en nuestros jóvenes. Aún así en este aspecto debemos reconocer que una parte del alumnado consideró que si que estaban de acuerdo con el autor, poniendo de relieve la lucha existente entre el consumismo y por otra parte una lucha contra esta Sociedad capitalista que se caracteriza por lo que como dice Bauman “Todo lo que nos hace felices acaba en una tienda”.

La cuarta creencia más elegida fue precisamente “sublévate contra la injusticia” y lo hicieron en el apartado de estar en desacuerdo, es decir que no comparten la idea del autor que plantea “no existe la injusticia, vivimos lo que nos corresponde por nuestro nivel de sabiduría individual y colectivo”. Es interesante observar la contradicción entre este pensamiento individual que plantea el autor y el código deontológico del Trabajo social en el que se nos recuerda que nuestra misión es luchar contra la  injusticia social. Supongo que el alumnado lo vivió de esta manera y no pudo aceptar la propuesta del autor al causarles confusión y el hecho de no querer aceptar la resignación.

Otra de las creencias que conlleva una cierta visión no compartida hace referencia a la creencia “No des el brazo a torcer” siendo la sexta creencia  más escogida y en la que por un lado existe un grupo de alumnos que se posicionan de acuerdo y por lo tanto comparten lo que el autor dice “renuncia a tener razón y saldrás ganando” y por otra parte, otro grupo de personas menos numeroso que considera que están en desacuerdo y por lo tanto, creen que hay que luchar por las opiniones y debatir todo lo que haga falta hasta el final. Nos encontramos ante el debate entre saber retirarse a tiempo de una confrontación que no nos llevará a ninguna parte y la actitud a veces más vehemente y más activista e incluso más contundente para conseguir los objetivos propuestos. Diferentes formas de entender la acción social en definitiva.

Otro debate se plantea en relación a la creencia “hay que castigar a los culpables” la novena más escogida y en la que por una parte encontramos un grupo  que está en desacuerdo, es decir que no comparte lo que el autor defiende como “no existe la culpa sino el error, por eso se necesita enseñanza en lugar de castigo” y otro grupo que si están de acuerdo con el autor. Esta situación no está tampoco lejos del debate ético y de formas de entender la vida y nuestra profesión de forma más específica. Por aquí desfilan desde los modelos más pragmáticos y funcionalistas hasta los más humanistas. Un reflejo de la Sociedad, de la profesión y de la forma de pensar de nuestro joven alumnado.

Hasta aquí mi reflexión, os dejo a vosotros/as la posibilidad de seguir reflexionando si creéis que vale la pena.

Gracias

Ramon Julià