Seguimos adentrándonos en los relatos. La 2ª parte nos lleva a un cuento de Navidad. Veíamos en la 1ª parte, léase aquí, como hay personas que se mueven entre lo surrealista y lo tierno. Entre la paciencia del buen trabajador social y la voluntad a veces de forzar lo que no se puede forzar……….

2ª PARTE_

El amigo Gustavo poco tardó en reaparecer. Exactamente, tres días. Cuando una sonrisa irónica mueve tu interior y apunta que habrá novedades, suelen cumplirse. Los Trabajadores sociales tenemos bien desarrollado el sentido de la intuición.

Me encuentro al bueno de Gustavo en la puerta del albergue. ¿Se acuerda de mi?…Claro, me guiña el ojo, Dios mío….¿Qué pasó? ¿Llegó Ud. a su pueblo? pregunto, no sin cierto retintín… ¿se hizo con su bocadillo de tortilla de patatas…?

-Ummmmmmmmmmm, desde luego, me responde, con otro guiño. He vuelto de camino a Zaragoza, donde mi hermano está ingresado en el hospital. Será Navidad, y mire Ud. he pensado en ir a verle. Pero fíjese Ud. que aquí me he sentido muy bien tratado, estoy tan agradecido que he pensado, Gustavo, quédate aquí unos días más….

Y dale con la familia, los hermanos, los hijos….. se autoengaña, niega la realidad. Soledad. Eso siente Gustavo, por eso huye de todos, pero en definitiva, huye de si mismo, sin saberlo.

Y así, a cuatro días de la Navidad, nos vemos de nuevo activados buscando a nuestro personaje escapista. Los cuerpos de seguridad enloquecen cada vez que se lo encuentran por la calle, alertados por algún buen vecino. Bravo 1 a bravo 2…dnckdsjcnknscdwjc——activamos el SEM…..adkskajecnasncs…….el licor de anís parece ser que es lo que mueve a nuestro Gustavo a viajar por la ciudad y, como ya viene siendo normal, caerse cuando la copita de anís se repite más de la cuenta.

La puerta giratoria del hospital arde. El bueno de Gustavo ha entrado y salido 25 veces en la última semana. Entra, espera, escapa. Entra, espera, escapa….Y así hasta 25 veces.

El equipo de Marañosa se reúne. Esto es increíble, Organización. Se ponen en marcha los elementos clave para hacer un diagnóstico y una estrategia para abordar el caso como equipo:

-Necesitamos una valoración médica, ¿de que estamos hablando?

-¿Demencia?¿Alcoholismo crónico? ¿todo junto?

-Está orientado, en tiempo, espacio. Bueno, a veces. ¿Ingreso involuntario? Ei, cuidaooooo, ¡Ética!

-¿Y si se nos muere en la calle? Este hombre no se autoprotege para nada

-Decisiones, autonomía del usuario, bufffffffffffffffffffff, vaya marrón.

(…)

Mientras tanto una nueva alerta. Un guardia de seguridad que llama para explicar que tiene un abuelo durmiendo a 2 grados en la calle, cerca de sus instalaciones, en un polígono. Decidimos organizar la recogida de Gustavo. La policía nos lo trae al centro y decidimos que Alicia es la que tiene menos pollos acumulados esa mañana, y será ella quien le acompañe y se quede en urgencias hasta que algún buen médico implicado le visite, le explore, le diagnostique, le cosa el corte de la ceja de su última caída, e interconsulte con un psiquiatra, lo último ya como un deseo de Navidad…Todo eso,  rezando para que se quede unos días ingresado…en esos breves 5 minutos, cuando Alicia pide el taxi, el sr, Gustavo ha vuelto a desaparecer.

Ni rastro. Se ha esfumado. Surrealismo en estado puro. ¿Pero como puede un hombre que llega congelado, echar a correr?

De nuevo, consternación, dudas, y como no, presión vecinal….¿No hacen NADA los de servicios sociales? Pues parece ser que no, buen vecino, llega Navidad y solo estamos pensando en las compras navideñas, grrrrrrrrrrrr mientras Ud. tienen un sinvivir navideño que le impide sobrellevar esta situación. En fin.

¡Premio, dice Google que “…entre las características más comunes del trastorno de personalidad antisocial -TPA- se encuentra una constante búsqueda de nuevas sensaciones (que pueden llegar a extremos insólitos) o la falta de preocupación a las consecuencias. El egocentrismo, la falta de responsabilidad, altos niveles de impulsividad.  Dentro de los síntomas comunes que pueden prevalecer en la conducta antisocial, se encuentra el síndrome de aislamiento. Este síndrome es también nombrado como huida o evitación, es caracterizado por su peculiaridad, por el aislamiento, se manifiesta como una tendencia a evadir o evitar relaciones y/o contacto con las exigencias sociales; El mecanismo de defensa de estos individuos es aferrarse a un mundo de fantasías y a su propia fantasía interpersonal…” No deja de sorprenderme la mente humana, sus entresijos, sus posibles patologías…. ¿¿¿¿¿será Gustavo un paciente con TPA?!?!?!?!?

Llega el viernes, y como, no, las 15h. del mediodía. Mañana será Nochebuena y el abuelo ha desaparecido. Perfecto, augura buenas noticias de fin de semana seguro.

Por la tarde la policía le encuentra de nuevo en muy mal estado. Esta vez no fallaremos. Eva, que si recordáis en la 1ª parte se escondía en urgencias cuando aún no era un caso “nuestro” sino de salud y volvió con el abuelo de la mano, fue la profesional que dejó sus compras navideñas y su buena cena con amigos para duchar al abuelo, pedir un taxi y pasar sus tres horas en urgencias de nuevo, si, pero esta vez sin quitarle el ojo de encima, ¡¡¡¡¡que ya nos conocemos Gustavo!!

Y por lo que sabemos, el buen Gustavo pasó la nochebuena en el hospital, pendiente de pruebas, caliente y cómodo. Hoy es Navidad, y no he podido evitar pensar en el abuelo. No se si habrá escapado o si, por el contrario, habrá perdido esta partida y se habrá conformado unos días a ser explorado, atendido, cuidado.

Yo de ellos, muy tranquilo no estaría ¡¡jaja! El buen Gustavo, capaz de sacar lo mejor y lo peor de nosotros, de hacernos dudar, correr, reír, … siempre siento incertidumbre en casos así. Cuando fallan todos los sistemas, alguien tiene que hacer algo, forzar a veces situaciones de protección  de alguien que no desea ser protegido…definir bien ese límite sobre la valoración de alguien, sobre si es competente o no…. antes de llegar a ingresos por orden judicial, incapacitaciones….. a veces pienso ¿quien demonios soy yo, pobre trabajador social, para decidir en primera instancia sobre alguien?¿y si me estoy equivocando?…….

Feliz Navidad campeón, estés donde estés. A ver que nos depara el 2017, tampoco tengo yo muy claro qué nos brindará el nuevo año con nuestro cliente más escurridizo….