Nuestro compañero de ÀGORA, Miki Martínez, nos invita a reflexionar sobre uno de aquellos ámbitos del trabajo social  muy a menudo olvidado pero tan necesario al mismo tiempo.

Momentos en los que te encuentras buscando trabajo, por aquellas cosas de ir cubriendo siempre bajas, estás abierto a cualquier sector pensado que un día te llegará la oportunidad de asentarte laboralmente después de tanto esfuerzo. En una de estas me hallaba, cuando surgió una posibilidad de una entrevista para trabajar en un Centro Especial de Trabajo (de aquí en adelante CET). Y allí que me fui.

Fuera de toda realidad, allegados míos, (que espero nunca hayan trabajado en ningún CET), hacían los típicos comentarios: “¿con discapacitados?, allí se está bien”, “un trabajo tranquilo y fácil”, “puede que te aburras un poco”… y muchos más del estilo.

Por si no lo he dicho, un CET es una empresa de trabajo para personas con discapacidad, donde el 70% de la plantilla debe tener una discapacidad del 33% o superior, y donde uno de los objetivos principales es el de garantizar trabajo a este colectivo, el cual tiene más difícil el acceso al mundo laboral. Cabe recordar también que uno de sus ejes principales es precisamente la adaptación del lugar de trabajo al trabajador o trabajadora. De este tema ya hablaremos en otro momento. En mi caso, hablamos de un CET para personas en la que la mayoría tienen un diagnóstico de discapacidad intelectual y que trabajan en el sector de la jardinería.

A partir de aquí os adentro en lo que ha estado mi experiencia en este sector.

Para empezar, decir que los CETs no son ese lugar tranquilo que algunos presuponen, seguramente sin haber trabajado nunca en ninguno de ellos. Bien debéis entender todos que allí donde se trabaja con personas, todo puede ser muy complejo. Cada trabajador/a con discapacidad tiene sus problemas, por un lado los laborales, que en principio es lo que nos atañe en nuestra labor como trabajadores/as sociales de CET, y por supuesto, problemas extralaborales (familia, parejas, hijos, tiempo libre, problemas sanitarios y sociales…), en los que al final te acabas involucrando y haciendo coordinación con SSB, dispositivos sanitarios, entidades sociales y del ámbito del deporte, entre otras.

En segundo lugar, una vez ya sabes de todos estos problemas, tienes que conocer al individuo con sus particularidades. Ninguno es igual, y nunca hay que dar por supuesto nada, pues a problemas similares no valen mismas soluciones. En un CET siempre se interviene a partir de la PCP (Planificación Centrada en la Persona), por lo tanto, los/as trabajadores/as se les orienta para solucionar sus diferentes problemas o situaciones en las que se encuentren, pero nunca se les resuelve el problema de facto. Nunca se toma decisiones por ellos, son personas con discapacidad, no personas dependientes.

En un CET hay que tener en cuenta otro pilar, los MONITORES/AS, en mayúsculas porque sin ellos y ellas, sería imposible trabajar. Están en la primera línea de fuego, y son los/las que pasan más horas con los trabajadores/as con discapacidad. Al final tenemos el equipo USAP (Unitat de Suport a les Persones), conformado por psicólogo/a y trabajador/a social, que también tenemos que hacer gestiones varias, y pasamos más tiempo del deseado en la oficina.

Los problemas, recaerán sobre el monitor/a, en primera instancia, el que está al lado de los trabajadores/as con discapacidad, el o la que les dice las tareas que deben desarrollar (en mi caso era un CET dedicado a la jardinería y reproducción de planta).

Por lo tanto, si estás en un equipo USAP, ten en cuenta que en la mayoría de los casos el monitor/a conocerá mejor al trabajador/a, y tendrá un vínculo más intenso con ellos que tú. ¿Y qué aprendes con esto? Que cualquier decisión que vayas a tomar y pueda afectar a un equipo de trabajo o a una persona individualmente, se debe tomar con el consenso del monitor/a siempre que sea posible, y si no es así, al menos que esté informado, porque tal decisión puede tener repercusiones en el ámbito laboral. Resumiendo este punto, el monitor/a es una pieza fundamental para el equipo USAP, y por tanto hay que respetarlos y tratarles como se merecen, sin minimizarlos nunca.

Por último, y lo más importante que tienes que saber cuándo trabajas en un CET. Nunca hay que hacer distinciones de puesto de trabajo, por lo tanto, los trabajadores/as no son usuarios/as, pues un CET no es un servicio más. Es su lugar de trabajo, al igual que el tuyo, el del monitor/a, el del jefe o jefa de producción o el del director/a, con lo que debes de tener en cuenta que ellos y ellas son también tus COMPAÑEROS/AS DE TRABAJO. Tratándolos como los compañeros/as que son, primero los pones en un lugar de igual a igual con los demás trabajadores, que pocas veces se encuentran. Segundo, se enpoderan y les haces ver que son importantes. Tercero, ellos también ven que para ti son importantes. Y finalmente, verás que sin darte cuenta estas ayudando a la INCLUSIÓN TOTAL de las personas con discapacidad.

Esta experiencia la redacté justo al acabar la baja que cubría en el CET, y se publica a día de hoy, pues porque solo se ha hablado de la situación de emergencia sanitaria por la que estamos pasando. Lo que quiero explicar, es que los CETs ya estaban siendo golpeados fuertemente por la crisis económica anterior, y con la nueva crisis que viene hay el riesgo muy alto de que golpee fuertemente a este sector, dejando en una situación de riesgo de exclusión social muy alta a mucha gente con discapacidad y a sus familias. La Administración no puede dejar de lado ahora a este colectivo. Yo creo en el funcionamiento de los CETs, en su valor social y sobre todo en la gente que trabaja en ellos.

Miki Hernández