Relato de Isabel Escuder

Jueves, veinticinco de enero, siete de la tarde y cafetería “Destapa’t’”. Profesionales varios del ámbito social (infancia, justicia, servicios comunitarios, educativos, educadores de centros…) y del académico, asó como alumnado del grado de trabajo social… volvemos a entrar en la sala de descompresión. Esta vez para hablar sobre un tema muy de actualidad: los MENA (este parece ser el termino más consensuado en estos momentos aunque existen diferentes terminologías como la de MEINA, MMNA o MINA, entre otras).

Que ganas teníamos de otro “parlem de…”, ¡qué enriquecedores son!, aunque a veces nos quedemos con una sensación un tanto agridulce por la impotencia de querer y no poder hacer más. Como dice nuestro colega Sebas “sempre apagant focs, mai cuidant el jardí fent créixer les flors” pero esto es otro tema que podría dar para infinitos “parlem de…” así que vamos al tema que nos ocupa en este relato.

Cerveza, refresco o infusión en mano (de esto último tomamos más bien poco 😉 así todo se da con mayor fluidez) comenzamos a hablar sobre el tema.

Para empezar, Meritxell González, alumna del grado de trabajo social de la UDL compartió con todos nosotros un vídeo que elaboró para un trabajo de la asignatura “inmigración”. En pocos minutos supo contextualizar muy bien el tema dando respuesta a preguntas como: ¿qué se entiende por MENA?, ¿de dónde proceden?, ¿cuáles son los factores de riesgo y de vulnerabilidad de este colectivo?, entre otras. Un vídeo muy interesante en el que también quedaron reflejadas las dificultades por las que pasan estos menores. ¡Enhorabuena por el trabajo, Meritxell!

Seguidamente, Isma, el agorero trabajador social del “Àrea de Suport als Joves Tutelats i Extutelats” de Lleida y, por ende, buen conocedor del tema de los MENA nos adentró más en el tema. Una tarea, dicho sea de paso, nada sencilla. Muchas gracias, Isma por llevar el hilo conductor de esta sesión de “parlem de…”, lo hiciste genial.

Contextualización…

En primer lugar, se definió el término de MENA (Menores Extranjeros No Acompañados): aquellos menores no miembros de la Unión Europea que llegan a la misma desamparados sin estar acompañados por un adulto que sea responsable de ellos y sin que estén efectivamente bajo cargo de tal persona. Según la aportación de una de las estudiantes del grado de trabajo social de la UDL este término comenzó a aparecer en prensa ya en el año 1998.

En segundo lugar, Isma, nos presentó algunos datos mediante gráficas procedentes de las fuentes del “Departament de Treball, Afers Socials i Famílies”. Se trata de datos extraídos a partir de los menores que se han atendido en Cataluña, “los visibles, los que sí han sido atendidos” lo cual no significa que sean datos fiables 100% puesto que probablemente existan menores extranjeros no acompañados todavía no detectados. Como datos relevantes destaca que se trata en la mayoría de menores procedentes de países subsaharianos sobre todo de Marruecos, que en su mayoría son del género masculino, de edades prevalentes entre los 15 y los 17 años y que su aparición comienza a acentuarse en el año 2016 y se dispara en el 2017. Actualmente, aparecen en el sistema de atención de Cataluña unos 200 MENA nuevos al mes.

Por otro lado, se expone una noticia positiva. Se trata de una noticia del pasado noviembre de 2017 en la que se anuncia la primera reunión de una mesa técnica creada para abordar la situación de menores extranjeros no acompañados en Cataluña y en la que participaron diversos agentes de la administración pública (“Departament de Treball, Afers Socials i Famílies”, Presidencia, Interior, Justicia, Salud, Educación, Ayuntamiento de Barcelona, Asociación Catalana de Municipios, Consorcio de Servicios Sociales de Barcelona, “Síndic de Greuges”, Cruz Roja, “Federació d’Entitats d’Atenció i d’Educació a la Infància i Adolescència” y el Colegio de Educadores Sociales de Cataluña.

Y surgen las aportaciones y el debate…

  • Colapso en el sistema de protección del menor de Cataluña a pesar de la creación de nuevas plazas y servicios. Centros de acogida sobresaturados y desbordados. Actualmente, el 90% de los menores atendidos en el centro de acogida de Lleida son MENA entre otros recursos residenciales de la DGAIA en la ciudad.
  • Cataluña parece ser un foco de atracción para este colectivo. Entre las causas que se comentan, la disposición del territorio y la oferta de recursos (que aunque escasa es superior a la de otras comunidades autónomas) parecen ser las más importantes.
  • Los países de origen están haciendo poco al respecto. Falta implicación política y diálogo entre país de origen y país de “acogida”.
  • Se cuestionan las pruebas (decreto fiscalía) para determinar la edad cuando llegan sin ningún tipo de documentación y, al mismo tiempo, también se cuestiona la edad que se les ha estipulado a alguno de ellos.

Lanzamos preguntas que invitan a la reflexión como:

  • ¿Hemos hablado con los protagonistas de este tema?, ¿qué opinan ellos de todo esto?, ¿qué propuestas hacen? ¿Qué piensan las familias de los menores, muchas de ellas principales progagonistas de la salida de sus hijos hacia mejores oportunidades? ¿Cuál es el contexto cultural, socioeconómico y familiar? ¿Cuáles son las expectativas de todos ellos? ¿Qué piensa y como se manifiesta/posiciona la comunidad magrebí o subsahariana que reside aquí?, ¿hay que implicarla de alguna manera?
  • Una gran parte de estos menores vienen a Cataluña para regularizar su situación administrativa, poder encontrar un trabajo, emanciparse y poder enviar dinero a sus familias que se han quedado en sus países de origen. Las expectativas elevadas con respecto a su proceso se ven frustradas con la realidad.

Dificultades

  • La actual ley de extranjería y el “18 + 1”. En cumplir la mayoría de edad, con los 18 años más un día, estos jóvenes se ven con un permiso de residencia de tan solo 6 meses, sin permiso de trabajo y sin un lugar en el que vivir (algunos con suerte se acogen a los servicios y prestaciones que brinda el “àrea de suport als joves tutelats i extutelats” y pueden “sortear” temporalmente, hasta los 21 años, la exclusión social a la que están casi abocados. ¿Qué integración se puede suceder con este panorama? Para lograr un permiso de trabajo necesitan una propuesta de contrato laboral de un año, propuesta bastante utópica en la mayoría de los casos y que afecta a todos los extranjeros en general. Además, y por si esto fuera poco, también tienen cerradas las puertas formativas al programa de garantía juvenil que también exige tener un permiso de trabajo para realizar las prácticas formativas.
  • El sistema no ha sido proactivo. Se trata de un fenómeno que empieza a acentuarse en el año 2016, que se ha desbordado en 2017 y que todo parece indicar se va a desbordar aún más durante el 2018. Las medidas, por el momento, han sido de “apaga fuegos” y poco previsoras. En este sentido, se ha dejado en manos de los técnicos gran parte de la gestión de este fenómeno teniendo como recursos, a menudo, solo la la creatividad y la imaginación.
  • El equipo profesional que atiende a los MENA en los centros de acogida está poco especializado en el tema. No se ha previsto formación específica, que a su vez necesaria, para atender a jóvenes con una mochila cultural, de experiencia y de idioma muy distinta a la del perfil “habitual o tradicional” atendido por el sistema de protección de menores.
  • En el imaginario social y político estos jóvenes son vistos, en muchas ocasiones, como conflictivos lo cual puede desembocar en consecuencias negativas para la planificación de estrategias de abordaje de esta situación
  • ¿Qué pasará cuando estos jóvenes salgan del sistema de protección de tutelados y extutelados? Ya estamos viendo como salen algunos de ellos y acaban siendo asistidos por programas de inclusión social y por los servicios sociales. Los servicios de acogida de personas sin hogar son, actualmente, los principales recursos con los que los jóvenes pueden contar. Esta realidad supera dichos servicios, inadecuados para este colectivo, y donde se mezclan personas sin hogar con largas trayectorias de vida en la calle y en situación de exclusión social con ellos. Esto, unido a las pocas posibilidades de regularización administrativa, dificulta aún más su autonomía alejados de los servicios sociales. Pero las posibilidades de subsistencia de los jóvenes son pocas y muchos serán “carne de cañón” de mafias, actividades delictivas y sumergidas. Así, creemos que estamos “usuarizando” a estos chavales, los estamos obligando a recurrir a los sistemas de protección en lugar de buscar soluciones que promocionen su autonomía desde una perspectiva comunitaria.
  • Los profesionales que actualmente trabajan con MENAS en los centros de protección manifiestan que aunque hay un gran porcentaje de jóvenes que se muestran colaboradores y siguen los planes formativos y de convivencia a los centros, se observa que en los centros de 1ª acogida de urgencia muchos chavales presentan sintomatología compatible con trastornos mentales severos, brotes psicóticos…que requieren una atención urgente y permanente de los servicios de salud mental. Las dificultades a acceso a la red de salud mental y a su tratamiento son evidentes (ausencia de tarjeta sanitaria, per permiso de residencia hasta que no se tiene vigente, etc)

 

Propuestas

  • Mayor compromiso, planificación y proactividad sobre el tema por parte de la clase política. Sería muy positivo la creación de un observatorio que pudiese incorporar a todos los agentes y que pudiese analizar el fenómeno y su impacto evaluando los recursos puestos en marcha para ello.
  • “Jugar” con la legislación actual de extranjería y con las posibilidades que ésta ofrece aunque lo realmente necesario seria que pudiesen obtener un permiso de trabajo de, al menos, 6 meses que les garantizase la entrada al mercado laboral y/o a programas de garantía juvenil.
  • Formación y especialización de los profesionales del ámbito a nivel legislativo y cultural para poder ofrecer una atención de calidad a este colectivo.
  • Un abordaje a nivel europeo (España y en concreto Cataluña suelen ser territorios de paso hacia otras ciudades europeas).
  • La implicación de todas las administraciones públicas y no solo la del “Departament de Treball, Afers Socials i Famílies”. Confiamos en que pronto tenga lugar la segunda convocatoria de la mesa creada en noviembre de 2017 y que exista una implicación comprometida de todos los agentes.
  • La creación o ampliación de recursos para dar respuesta a la necesidad de atención a la salud física y mental de estos menores. Este fenómeno requiere de un abordaje psicosocial que tenga en cuenta las historias de vida y migratorias de estos menores. La actual oferta de recursos hacía esta línea es insuficiente.

 

Sin duda se trata de un tema que da para mucho diálogo, no descartamos hacer una segunda sesión “parlem de MENA”.

Esperamos que todos los asistentes disfrutarais de este ratito tanto como nosotros. ¡Muchas gracias por venir! Nos vemos en el próximo “parlem de…”

La banda Àgora Lleida!